jueves, 10 de marzo de 2022

La maldad (igual que la bondad) existe, pero no es una enfermedad mental


Es un error afirmar que quienes padecen una enfermedad mental son más violentos que el resto de la población.

Ha transcurrido el tiempo suficiente para que la prensa y los informativos dejen de dar pábulo al morbo, y ya no sean portada las niñas Anna y Olivia, presuntamente asesinadas por su padre Tomás Gimeno y luego arrojadas al mar. Por mi parte, decidí esperar a que la noticia se enfriara antes de escribir este artículo en el que censuro que la sociedad, ante ciertos sucesos atroces, atribuya una enfermedad mental a quienes los protagonizan. No es infrecuente ante un acto de violencia, escuchar frases como «sólo un enfermo mental es capaz de hacer algo así». Sin embargo, nunca se difunde una noticia del tipo: “un diabético ha violado a una menor en el ascensor de su domicilio”. ¿Por qué asociar con tanta ligereza las enfermedades mentales con los actos violentos o cargados de maldad?