En estos tiempos de indignación y crisis, aunque dicen que la crisis sólo es económica…nos hacen ver una realidad cuantitativa y unidireccional hacia la austeridad, donde “el sólo yo y el sálvese quien pueda” pisa a la solidaridad y a la empatía, donde la relaciones interpersonales e ideas son más interesadas que nunca.
Una realidad que duda ni cree del empoderamiento del pueblo y se ampara en una Democracia triste y sin ilusión, una realidad forzada al profesionalismo, datos estadísticos y a la ciencia “con evidencia” olvidando el sentido común, donde el protagonismo jerárquico es prioritario y el materialismo una necesidad básica y donde las personas son valoradas como simples números y mercancía de mercadillo-barato.
Una realidad donde por primera vez podemos escuchar: “ahora la Salud NO es lo que importa”, y lo que nunca podría haber imaginado experimentar, una realidad, donde es fácil divisar y apuntar al enemigo.
Por ello, quiero más que nunca, reclamar una realidad terrenal y cualitativa donde sigamos manteniendo sin límites establecidos valores humanistas, ahora con alto riesgo de perderlos y algunos difíciles o imposibles de recuperar; como es la confianza y seguridad en el otro, el compromiso y la auto-responsabilidad asumida en su momento, la satisfacción propia y favoreciendo la de los demás. Disputar por la voluntariedad por encima de la obligatoriedad, la negociación y el consenso “democrático” e incondicional por la decisión unilateral, la unión y la lucha justificada aceptando la paz sobre la razón, pero ahora más que nunca deben cobrar más sentido la conveniente interacción con los demás, la amistad, la alianza/vínculo y la relación de ayuda.
Una realidad que duda ni cree del empoderamiento del pueblo y se ampara en una Democracia triste y sin ilusión, una realidad forzada al profesionalismo, datos estadísticos y a la ciencia “con evidencia” olvidando el sentido común, donde el protagonismo jerárquico es prioritario y el materialismo una necesidad básica y donde las personas son valoradas como simples números y mercancía de mercadillo-barato.
Una realidad donde por primera vez podemos escuchar: “ahora la Salud NO es lo que importa”, y lo que nunca podría haber imaginado experimentar, una realidad, donde es fácil divisar y apuntar al enemigo.
Por ello, quiero más que nunca, reclamar una realidad terrenal y cualitativa donde sigamos manteniendo sin límites establecidos valores humanistas, ahora con alto riesgo de perderlos y algunos difíciles o imposibles de recuperar; como es la confianza y seguridad en el otro, el compromiso y la auto-responsabilidad asumida en su momento, la satisfacción propia y favoreciendo la de los demás. Disputar por la voluntariedad por encima de la obligatoriedad, la negociación y el consenso “democrático” e incondicional por la decisión unilateral, la unión y la lucha justificada aceptando la paz sobre la razón, pero ahora más que nunca deben cobrar más sentido la conveniente interacción con los demás, la amistad, la alianza/vínculo y la relación de ayuda.
Respecto a lo que nos ocupa, nuestra Salud Mental, recientemente hemos avanzado con la Reforma psiquiátrica respecto a “Tirar Muros” como medicamentos menos estigmatizantes y clínicamente adecuados, recursos y filosofías comunitarias intensivas, inicios de facilitar empoderamiento o empowerment, la relación profesional-paciente más simétricas y logros de lucha contra el estigma...ahora, todo ello puede sufrir un retroceso histórico. Ejemplo: con la economización farmacológica se obliga a indicaciones farmacológicas con riesgo de ser pautas “contra-criterio usuario-clínico y médico”, rompiendo la posibilidad de negociación y la necesaria alianza terapéutica. ¿Consecuencias? alto riesgo de abandono de Tratamiento(recaídas, reingresos).
Como a todos y en Salud Mental, la crisis afectará gravemente a nivel de recursos, pero todavía más significativo y doloroso, será la pérdida llena de valores de esa realidad del bienestar, anteriormente nombrada. Sinceramente, EN SALUD MENTAL, hay poco derroche económico ni lo habrá jamás por ser “la cenicienta o el patito feo” del sector Salud-político-social, hay poca ciencia “con evidencia” por ser cada vez más “otra cosa maravillosa y dinámica” que ciencia, hay pocos fármacos eficaces que recortar, hay pocas camas, plantas y programas que cerrar por ser claramente una Salud basada fundamentalmente en las relaciones interpersonales y de ayuda, donde es casi imposible poner fecha de caducidad.
Como a todos y en Salud Mental, la crisis afectará gravemente a nivel de recursos, pero todavía más significativo y doloroso, será la pérdida llena de valores de esa realidad del bienestar, anteriormente nombrada. Sinceramente, EN SALUD MENTAL, hay poco derroche económico ni lo habrá jamás por ser “la cenicienta o el patito feo” del sector Salud-político-social, hay poca ciencia “con evidencia” por ser cada vez más “otra cosa maravillosa y dinámica” que ciencia, hay pocos fármacos eficaces que recortar, hay pocas camas, plantas y programas que cerrar por ser claramente una Salud basada fundamentalmente en las relaciones interpersonales y de ayuda, donde es casi imposible poner fecha de caducidad.
Como profesional de la Salud Mental, "el objetivo principal es construir y reforzar es la alianza, la alianza terapéutica profesional-paciente, para que el enfermo acepte por propia iniciativa seguir las recomendaciones del especialista, incluso aunque piense que no está enfermo y que no necesita recibir ningún tratamiento" (El Método LEAP, Xavier Amador, Nueva York).La relación interpersonal está justificada en el vínculo o alianza terapéutica, e incluso me atrevo a decir en la relación social “cercana” (si no hay asimetrías de poder) a la amistad. En este sentido es muy común, necesario e inevitable palparlo en el día a día entre profesionales-usuarios (y hasta entre servicios), pero ahora y más que nunca, vayamos con cuidado, por vivir en una realidad de perplejidad corremos el peligro de conseguir todo lo contrario a lo deseado: “Ser el enemigo”.
Así en estos tiempos de escasa pasión, intento reforzar la necesidad de mantener de manera lógica y obligada el binomio Salud Mental - Alianza Terapéutica y de su innegociable ruptura, como la vida misma es la aceptación y la búsqueda de la amistad…así, aseguramos que nunca podremos ser el enemigo.
LA ALIANZA O VÍNCULO TERAPÉUTICO
A lo largo de la evolución de la relación terapéutica, el profesional desarrolla diversos roles: consejero, de agente del cambio terapéutico, profesor, técnico y terapeuta…Para ayudar a la persona y familia a desarrollar una conducta más fructífera y adaptada (alcanzar los objetivos terapéuticos), con el objetivo fundamental de ayudarles a aceptarse a ellos mismos y a mejorar sus relaciones con los demás.
La Alianza terapéutica y relación de ayuda: “Es un proceso interpersonal en el que una persona ayuda en el proceso de desarrollo y crecimiento de la otra”. Es vista como un proceso con una serie de rasgos diferenciales y específicos que la hace diferente a cualquier otra relación.
Características:
Es una relación multiforme. Cada relación es única e irrepetible. Por ello no existe un protocolo estándar sobre la manera de iniciar, mantener y finalizar una relación de ayuda, debiendo en todo caso adecuarla a la persona, situación y momento presente.
LA ALIANZA O VÍNCULO TERAPÉUTICO
Sólo te puedo acompañar desde mi propio camino.
Sin forzar tu paso ni eludir tu destino.
Solo te puedo acompañar
con el distante y cercano apoyo de mi saliente presencia.
Apoyando tu búsqueda,
acrecentando la ciencia de tu ser irrepetible,
de tu infinita conciencia.
Solo te puedo acompañar
con la honestidad de mi búsqueda no concluida,
sin pisar tu camino,
sin suprimir tu esfuerzo
ni abreviar la distancia de tu propio sendero.
dejando que tú seas el único protagonista de la trama
que brota misteriosa y multiforme de la fuente inagotale de tu alma.
Solo te puedo acompañar respetando tu historia.
Por eso nunca seré ni tu salvador,
ni tu mesias, ni tu estrella,
únicamente un hermano que camina a tu lado,
sin contaminar tu búsqueda con mi retraso.
Te acompaño en la libertad y en el respeto,
queriendo que tú seas tu propio modelo,
tú el artesano que forja el acero de tu espíritu.
No cantaré tu canto.
No borraré tu huella.
Simplemente cuando estés cansado
te ofreceré mi mano, te indicaré tu estrella
y sabrás que camino a tu lado.
Autor: Héctor Valenzuela
Sin forzar tu paso ni eludir tu destino.
Solo te puedo acompañar
con el distante y cercano apoyo de mi saliente presencia.
Apoyando tu búsqueda,
acrecentando la ciencia de tu ser irrepetible,
de tu infinita conciencia.
Solo te puedo acompañar
con la honestidad de mi búsqueda no concluida,
sin pisar tu camino,
sin suprimir tu esfuerzo
ni abreviar la distancia de tu propio sendero.
dejando que tú seas el único protagonista de la trama
que brota misteriosa y multiforme de la fuente inagotale de tu alma.
Solo te puedo acompañar respetando tu historia.
Por eso nunca seré ni tu salvador,
ni tu mesias, ni tu estrella,
únicamente un hermano que camina a tu lado,
sin contaminar tu búsqueda con mi retraso.
Te acompaño en la libertad y en el respeto,
queriendo que tú seas tu propio modelo,
tú el artesano que forja el acero de tu espíritu.
No cantaré tu canto.
No borraré tu huella.
Simplemente cuando estés cansado
te ofreceré mi mano, te indicaré tu estrella
y sabrás que camino a tu lado.
Autor: Héctor Valenzuela
A lo largo de la evolución de la relación terapéutica, el profesional desarrolla diversos roles: consejero, de agente del cambio terapéutico, profesor, técnico y terapeuta…Para ayudar a la persona y familia a desarrollar una conducta más fructífera y adaptada (alcanzar los objetivos terapéuticos), con el objetivo fundamental de ayudarles a aceptarse a ellos mismos y a mejorar sus relaciones con los demás.
Para hacer uso terapéutico de uno mismo como profesional, Mereness en 1980, señala las siguientes capacidades: 1. Aceptación a cada persona como un ser humano importante y diferente a los demás. 2. Aceptar que toda la conducta humana tiene un significado y es la respuesta a una necesidad. 3. Comunicar a la persona la sensación de que es aceptado.
La Alianza terapéutica y relación de ayuda: “Es un proceso interpersonal en el que una persona ayuda en el proceso de desarrollo y crecimiento de la otra”. Es vista como un proceso con una serie de rasgos diferenciales y específicos que la hace diferente a cualquier otra relación.
Características:
Es una relación multiforme. Cada relación es única e irrepetible. Por ello no existe un protocolo estándar sobre la manera de iniciar, mantener y finalizar una relación de ayuda, debiendo en todo caso adecuarla a la persona, situación y momento presente.
La alianza terapéutica implica un proceso de crecimiento personal tanto para el profesional como para la persona que atiende.
Para desarrollar una alianza o relación de ayuda se requieren conocimientos y habilidades específicas: Amplio repertorio de habilidades relacionales, Ser competente en el manejo de situaciones difíciles o estresantes, Ser capaz de reconocer las formas más eficaces de apoyo en cada situación determinada, Conocimiento de sí misma evitando que las percepciones sobre los demás queden distorsionadas por sus propias concepciones, necesidades y problemas, Debe poseer ciertas actitudes y aptitudes facilitadoras de la relación, si quiere que sus intervenciones resulten eficaces y terapéuticas (empatía, aceptación, autenticidad, concreción, escucha, disponibilidad, autonomía, confianza, cuidados, esperanza).
Según diversos autores difieren en el número de fases identificadas entre tres y cinco, aunque no en su contenido. Peplau, es una de las autoras que más ha influido en potenciar el aspecto relacional en el marco de la enfermería. Se basó en la teoría interpersonal de H. Sullivan, ambos comparten que los seres humanos tienen un impulso innato hacia la salud. El aspecto fundamental de los cuidados a la persona es ayudarle a través de la relación interpersonal a evaluar sus experiencias interpersonales para desarrollar nuevas habilidades (Peplau,1965). Considera que ambos están implicados, dándose un aprendizaje conjunto. Peplau considera que el enfermo es una persona adulta que sabe cuáles son sus necesidades aunque a veces precise ayuda para poder tomar conciencia de ellas.La relación terapéutica con la persona supone una experiencia de participación mutua. El profesional utiliza características personales y técnicas específicas para conseguir que el enfermo sea capaz de realizar una mayor introspección y se produzcan cambios en su conducta.
La alianza terapéutica tiene una estructura y evoluciona de acuerdo con un proceso determinado. Para que la relación terapéutica evolucione son necesarias ciertas actitudes, la existencia de etapas o fases, que después explicaremos, en la relación y la necesidad de preparar su fin, para evitar sentimientos de pérdida o dependencia.
La relación terapéutica y la relación social deben ser consideradas cualitativa y cuantitativamente distintas pero no siempre separadas:
Relación social: La finalidad: incluye compañerismo, diversión y placer, Los roles: son intercambiables y variables en dependencia del momento, situación e intereses, Las necesidades personales e interpersonales son satisfechas de forma compartida y éste es el motivo por el que la relación continúe.
Relación de ayuda o alianza terapéutica: La finalidad: trabajo sistemático de los sentimientos, pensamientos y comportamientos que resultan problemáticos para el paciente, Los roles: Están claramente delimitados y no son intercambiables. Las intervenciones del profesional son siempre de tipo terapéutico.
Relación social: La finalidad: incluye compañerismo, diversión y placer, Los roles: son intercambiables y variables en dependencia del momento, situación e intereses, Las necesidades personales e interpersonales son satisfechas de forma compartida y éste es el motivo por el que la relación continúe.
Relación de ayuda o alianza terapéutica: La finalidad: trabajo sistemático de los sentimientos, pensamientos y comportamientos que resultan problemáticos para el paciente, Los roles: Están claramente delimitados y no son intercambiables. Las intervenciones del profesional son siempre de tipo terapéutico.
El profesional ayuda a la persona/familia/grupo a identificar y expresar sus necesidades buscando métodos. Nunca se satisfacen las necesidades personales del profesional.
Para desarrollar una alianza o relación de ayuda se requieren conocimientos y habilidades específicas: Amplio repertorio de habilidades relacionales, Ser competente en el manejo de situaciones difíciles o estresantes, Ser capaz de reconocer las formas más eficaces de apoyo en cada situación determinada, Conocimiento de sí misma evitando que las percepciones sobre los demás queden distorsionadas por sus propias concepciones, necesidades y problemas, Debe poseer ciertas actitudes y aptitudes facilitadoras de la relación, si quiere que sus intervenciones resulten eficaces y terapéuticas (empatía, aceptación, autenticidad, concreción, escucha, disponibilidad, autonomía, confianza, cuidados, esperanza).
La alianza terapéutica se trabaja siempre de acuerdo con unos objetivos terapéuticos: Contrato terapéutico: acuerdo mutuo y explícito, definiendo qué pretende obtenerse (objetivos terapéuticos), cómo, quién hace qué (se fijan responsabilidades) y en qué tiempo se espera conseguirlo.
FASES DE LA RELACIÓN TERAPÉUTICA
Según diversos autores difieren en el número de fases identificadas entre tres y cinco, aunque no en su contenido. Peplau, es una de las autoras que más ha influido en potenciar el aspecto relacional en el marco de la enfermería. Se basó en la teoría interpersonal de H. Sullivan, ambos comparten que los seres humanos tienen un impulso innato hacia la salud. El aspecto fundamental de los cuidados a la persona es ayudarle a través de la relación interpersonal a evaluar sus experiencias interpersonales para desarrollar nuevas habilidades (Peplau,1965). Considera que ambos están implicados, dándose un aprendizaje conjunto. Peplau considera que el enfermo es una persona adulta que sabe cuáles son sus necesidades aunque a veces precise ayuda para poder tomar conciencia de ellas.La relación terapéutica con la persona supone una experiencia de participación mutua. El profesional utiliza características personales y técnicas específicas para conseguir que el enfermo sea capaz de realizar una mayor introspección y se produzcan cambios en su conducta.
Integrando las diferentes visiones, clasificación:
Fase de preparación:
Fase de captación de datos durante el cual el profesional se prepara para la relación. Se inicia al comienzo de la relación.
Objetivo: establecer un primer contacto que sirva de base para la relación de ayuda
Establecer una base de datos recogiendo información del historial e interacciones con otras personas. Observar patrones de conducta recurrentes para hacerse una idea de la posible relación y de los problemas que puedan surgir. No etiquetar.
Observar nuestras reacciones, que pueden afectar en la relación.
Ser consciente de cualquier idea o actitud preconcebida. Evitar prejuicios.
Planificar el primer encuentro: localizar un lugar tranquilo y sin interrupciones, planificarlo con tiempo suficiente y utilizando la información más relevante.
Fase de captación de datos durante el cual el profesional se prepara para la relación. Se inicia al comienzo de la relación.
Objetivo: establecer un primer contacto que sirva de base para la relación de ayuda
Establecer una base de datos recogiendo información del historial e interacciones con otras personas. Observar patrones de conducta recurrentes para hacerse una idea de la posible relación y de los problemas que puedan surgir. No etiquetar.
Observar nuestras reacciones, que pueden afectar en la relación.
Ser consciente de cualquier idea o actitud preconcebida. Evitar prejuicios.
Planificar el primer encuentro: localizar un lugar tranquilo y sin interrupciones, planificarlo con tiempo suficiente y utilizando la información más relevante.
Fase de orientación:
El profesional y la persona se van conociendo (desarrollan confianza mutua), acuerdan trabajar conjuntamente y establecen objetivos de la relación.
Objetivos básicos: crear la confianza y convertir al profesional en una persona significativa en la vida del paciente.
Llamarse el uno al otro por su nombre, presentándose con nombre y cargo (sólo en el primer contacto).
Definición de un acuerdo de trabajo o un contrato profesional - paciente. Ambos comentan sus expectativas y acuerdan los objetivos a alcanzar.
Es importante que el profesional cumpla su parte del pacto.
Durante esta fase la persona y profesional se evalúan uno al otro; se toma conciencia de la persona como persona única, real e individual.
Se suelen poner a prueba la finalidad y el cumplimiento del profesional (no acude a las visitas, se resiste a expresar sus sentimientos…); cuando el profesional lo ha logrado resultar fiable, la relación terapéutica está preparada para pasar a la siguiente fase.
El profesional y la persona se van conociendo (desarrollan confianza mutua), acuerdan trabajar conjuntamente y establecen objetivos de la relación.
Objetivos básicos: crear la confianza y convertir al profesional en una persona significativa en la vida del paciente.
Llamarse el uno al otro por su nombre, presentándose con nombre y cargo (sólo en el primer contacto).
Definición de un acuerdo de trabajo o un contrato profesional - paciente. Ambos comentan sus expectativas y acuerdan los objetivos a alcanzar.
Es importante que el profesional cumpla su parte del pacto.
Durante esta fase la persona y profesional se evalúan uno al otro; se toma conciencia de la persona como persona única, real e individual.
Se suelen poner a prueba la finalidad y el cumplimiento del profesional (no acude a las visitas, se resiste a expresar sus sentimientos…); cuando el profesional lo ha logrado resultar fiable, la relación terapéutica está preparada para pasar a la siguiente fase.
Fase de trabajo:Objetivo: conseguir los objetivos acordados.Es el momento de ponerse a trabajar para resolver los problemas e intentar nuevos comportamientos.
Consta de dos periodos: de crecimiento y resistencia.
Si la relación se dirige a los objetivos la conducta de la persona cambia.
Los periodos de crecimiento van acompañados de resistencia: el cambio de conducta es difícil y se sienten avergonzados y vulnerables. La aceptación y fiabilidad del profesional facilitarán a la persona que supere el periodo de resistencia.
Necesidad de poner límites surge durante la fase de trabajo dado que puede estar sintiendo muchas emociones dolorosas: con calma, de una forma no amenazadora y protegerlo hasta que pueda alcanzar de nuevo el control.
El profesional evalúa la conducta, buscando indicios de que se han alcanzado los objetivos. También hace preparativos para finalizar la relación.
Consta de dos periodos: de crecimiento y resistencia.
Si la relación se dirige a los objetivos la conducta de la persona cambia.
Los periodos de crecimiento van acompañados de resistencia: el cambio de conducta es difícil y se sienten avergonzados y vulnerables. La aceptación y fiabilidad del profesional facilitarán a la persona que supere el periodo de resistencia.
Necesidad de poner límites surge durante la fase de trabajo dado que puede estar sintiendo muchas emociones dolorosas: con calma, de una forma no amenazadora y protegerlo hasta que pueda alcanzar de nuevo el control.
El profesional evalúa la conducta, buscando indicios de que se han alcanzado los objetivos. También hace preparativos para finalizar la relación.
Fase de terminación:
Fase de verificación de los objetivos conseguidos: el profesional revisa los pasos dados para cubrir los objetivos y la persona tiene un sentimiento de orgullo y de consecución cuando puede repasar su progreso.
Los pasos hacia la terminación deben iniciarse antes del último encuentro: necesitan tiempo para preparar la independencia de la persona. Algunos pueden mostrar signos de regresión o retraimiento, o intentar acciones que continúen o intensifiquen la relación.
Fase de verificación de los objetivos conseguidos: el profesional revisa los pasos dados para cubrir los objetivos y la persona tiene un sentimiento de orgullo y de consecución cuando puede repasar su progreso.
Los pasos hacia la terminación deben iniciarse antes del último encuentro: necesitan tiempo para preparar la independencia de la persona. Algunos pueden mostrar signos de regresión o retraimiento, o intentar acciones que continúen o intensifiquen la relación.
PROBLEMAS QUE SURGEN EN LA RELACIÓN TERAPÉUTICA:
Problemas con el paciente:
Resistencia: Según Freud, la resistencia es el intento de la persona por ocultar determinados temas cuya exploración le provoca ansiedad. Clasificación:
R. Primaria: La persona es incapaz de cambiar aunque sea consciente de la necesidad de hacerlo. Comportamiento: intentos de desbaratar el proceso terapéutico, rechazo a trabajar para alcanzar los objetivos, intentos de manipular la situación.
R. Secundaria: Se observa cuando la persona está motivado por impulsos distintos de la necesidad de recuperar la salud mental. Muchas veces el beneficio de seguir enfermo se opone a las ventajas de recuperarse (muchos siguen enfermos para evitar situaciones no placenteras), esta situación se conoce como Beneficio Secundario.
Transferencia: Es una respuesta inconsciente de la persona determinada por los sentimientos que le genera el profesional, los cuales a su vez están asociados con figuras significativas en su vida anterior. Característica más destacada: inadecuación de la respuesta de la persona (puede mostrarse hostil demandando el fin de la relación, puede mostrarse dependiente, sumiso y pasivo o hipervalora las características del profesional, poniendo en la relación expectativas inalcanzables. Solución: identificarlo, analizar las causas y si a pesar de ello no se soluciona, transferir el cuidado a otro profesional.
No cumplimiento: No sigue las pautas terapéuticas. Según Forman (1993) las principales razones del no cumplimiento son la falta de conocimiento, los efectos secundarios de la medicación y la relación profesional-paciente. Detectar y comentar con la persona los problemas de cumplimiento, ayuda a eliminar otras barreras para su recuperación.
Proyección: Es un mecanismo de defensa a través del cual la persona atribuye a los demás sus deseos y emociones inaceptables así como la responsabilidad de sus fracasos y dificultades personales. La proyección en exceso puede atribuir a los demás intenciones hostiles que en realidad no existen. Esto les impide establecer relaciones de confianza. La tendencia a la proyección puede perjudicar también la capacidad de resolución de problemas. Los profesionales deben actuar ayudando a la persona a valorar la situación de una manera más realista, que diferencie lo real de lo percibido, demostrando respeto por sus percepciones y proporcionando feedback acerca de nuestra visión de la situación.
Dependencia: Es la excesiva vinculación con el profesional y sentimientos de desvalorización personal e impotencia. El profesional deberá ayudar a la persona a identificar el comportamiento, evitando los sentimientos de culpa, así como fijar límites claros, firmes, concretos y consistentes, para proporcionarle un marco de actuación y aprendizaje de la persona.
Desplazamiento: Ante la imposibilidad de expresar la hostilidad de una manera clara, la persona puede desviar sus emociones hacia un objeto más accesible. Difiere de la proyección en que en este caso la persona no disimula sus emociones atribuyéndoselas a otros. Sus emociones se expresan con claridad, la persona es capaz de identificarlas, pero las dirige hacia un blanco inadecuado. El profesional debe mantener la calma y aceptar la explosión de una posible hostilidad, reconociendo el fenómeno y evitando su implicación personal. Una vez que la persona ha retomado el control de sí mismo, debe tratarse el tema, ayudando a la persona a identificar la auténtica razón y blanco de sus sentimientos así como a encontrar formas más saludables de expresión de los mismos.
Los objetivos de la comunicación terapéutica se centran en la persona y en favorecer la relación terapéutica. Las técnicas de comunicación son recursos que ayudan a interactuar eficazmente con las personas.
Principios de la comunicación terapéutica: Aceptación, Interés, Respeto, Honestidad, Ayuda, Permiso, Protección.
En la relación terapéutica surgen problemas o barreras que plantean la necesidad de idear soluciones creativas. Todo depende de la situación de la persona, de cómo la viva, de las habilidades que ésta tenga en las relaciones interpersonales y de los propios recursos del profesional para establecer una relación de ayuda. Cualquier problema que surja en la relación y que no sea identificado constituirá una relación disfuncional y por lo tanto, antiterapéutica.
Problemas ambientales: falta de privacidad, lugar inadecuado, muebles, iluminación o temperatura incómodos, lugar ruidoso o con interrupciones…
Problemas con el profesional:
Actitud: Es un factor importante en cuanto a cómo ve el profesional a la persona. Hay que conocerse a sí mismo.
Actitud: Es un factor importante en cuanto a cómo ve el profesional a la persona. Hay que conocerse a sí mismo.
Compasión: Esto no contribuye a ayudar a la persona: la intervención del profesional siempre debe orientarse a movilizar a la persona hacia la consecución de los objetivos terapéuticos. Se debe permitir que la persona asuma sus propios problemas. Hay que establecer los propios límites profesionales.
Contratransferencia: Basada en las respuestas emocionales del profesional hacia la persona, constituye una respuesta emocional inadecuada. El profesional lo relaciona con su pasado y empieza a inhibir la eficacia de la relación. Reacciones habituales: intensos sentimientos de cuidar, implicarse, rechazo, disgusto, hostilidad o ansiedad. Para prevenir, recordar que el centro de atención de la relación es la persona.
Problemas con el paciente:
Resistencia: Según Freud, la resistencia es el intento de la persona por ocultar determinados temas cuya exploración le provoca ansiedad. Clasificación:
R. Primaria: La persona es incapaz de cambiar aunque sea consciente de la necesidad de hacerlo. Comportamiento: intentos de desbaratar el proceso terapéutico, rechazo a trabajar para alcanzar los objetivos, intentos de manipular la situación.
R. Secundaria: Se observa cuando la persona está motivado por impulsos distintos de la necesidad de recuperar la salud mental. Muchas veces el beneficio de seguir enfermo se opone a las ventajas de recuperarse (muchos siguen enfermos para evitar situaciones no placenteras), esta situación se conoce como Beneficio Secundario.
Transferencia: Es una respuesta inconsciente de la persona determinada por los sentimientos que le genera el profesional, los cuales a su vez están asociados con figuras significativas en su vida anterior. Característica más destacada: inadecuación de la respuesta de la persona (puede mostrarse hostil demandando el fin de la relación, puede mostrarse dependiente, sumiso y pasivo o hipervalora las características del profesional, poniendo en la relación expectativas inalcanzables. Solución: identificarlo, analizar las causas y si a pesar de ello no se soluciona, transferir el cuidado a otro profesional.
No cumplimiento: No sigue las pautas terapéuticas. Según Forman (1993) las principales razones del no cumplimiento son la falta de conocimiento, los efectos secundarios de la medicación y la relación profesional-paciente. Detectar y comentar con la persona los problemas de cumplimiento, ayuda a eliminar otras barreras para su recuperación.
Proyección: Es un mecanismo de defensa a través del cual la persona atribuye a los demás sus deseos y emociones inaceptables así como la responsabilidad de sus fracasos y dificultades personales. La proyección en exceso puede atribuir a los demás intenciones hostiles que en realidad no existen. Esto les impide establecer relaciones de confianza. La tendencia a la proyección puede perjudicar también la capacidad de resolución de problemas. Los profesionales deben actuar ayudando a la persona a valorar la situación de una manera más realista, que diferencie lo real de lo percibido, demostrando respeto por sus percepciones y proporcionando feedback acerca de nuestra visión de la situación.
Dependencia: Es la excesiva vinculación con el profesional y sentimientos de desvalorización personal e impotencia. El profesional deberá ayudar a la persona a identificar el comportamiento, evitando los sentimientos de culpa, así como fijar límites claros, firmes, concretos y consistentes, para proporcionarle un marco de actuación y aprendizaje de la persona.
Desplazamiento: Ante la imposibilidad de expresar la hostilidad de una manera clara, la persona puede desviar sus emociones hacia un objeto más accesible. Difiere de la proyección en que en este caso la persona no disimula sus emociones atribuyéndoselas a otros. Sus emociones se expresan con claridad, la persona es capaz de identificarlas, pero las dirige hacia un blanco inadecuado. El profesional debe mantener la calma y aceptar la explosión de una posible hostilidad, reconociendo el fenómeno y evitando su implicación personal. Una vez que la persona ha retomado el control de sí mismo, debe tratarse el tema, ayudando a la persona a identificar la auténtica razón y blanco de sus sentimientos así como a encontrar formas más saludables de expresión de los mismos.
HABILIDADES EN LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA
Los objetivos de la comunicación terapéutica se centran en la persona y en favorecer la relación terapéutica. Las técnicas de comunicación son recursos que ayudan a interactuar eficazmente con las personas.
Principios de la comunicación terapéutica: Aceptación, Interés, Respeto, Honestidad, Ayuda, Permiso, Protección.
Las técnicas de comunicación se dividen en dos áreas igualmente importantes:
Habilidad para escuchar:
Ayuda a detectar temas y mensajes ocultos, minimizar los malentendidos y clarificar los mensajes. Siempre hay que escuchar con objetividad, sin interrupciones ni distracciones, aclarando lo que no se haya entendido, evaluando los comunicados no verbales, utilizando el contacto visual y el lenguaje corporal adecuado, y analizando las palabras que generan respuestas emocionales en uno mismo.
Habilidad para la interacción:
Las técnicas terapéuticas asociadas a los actos que el profesional realiza mientras se comunica con la persona: estrategias de respuesta o habilidades de interacción. Son respuestas verbales y no verbales que animan a la persona a comunicarse. Emplea palabras con significado para la persona, comunicados directos y pertinentes, mensajes con significado claro y ningún por qué.
Escuchar: Recepción de información y análisis de los mensajes recibidos.
Preguntas amplias.
Reafirmar: Ejem. Repetir la frase principal de la persona. Indica que se está escuchando, valida, refuerza o llama la atención sobre algo
Aclaración: Ayuda a identificar sentimientos, ideas y percepciones, aporta una relación explícita de los mismos y los actos de la persona.
Reflejar: Devolver a la persona sus ideas, sentimientos, preguntas y contenidos.
Humor: Descarga energía mediante el disfrute cómico de lo imperfecto. Promueve la introspección, haciendo consciente material reprimido, resolviendo paradojas y mostrando nuevas opciones.
Informar: Ayuda en la educación sanitaria o en aspectos relevantes de su bienestar y cuidado de sí mismo.
Enfocar: Preguntas y afirmaciones que ayudan a hablar sobre temas centrales y sitúa el proceso de comunicación hacia objetivos.
Compartir percepciones: Pedir que la persona verifique lo que el profesional ha comprendido de lo que piensa o siente. Trasmite la comprensión del profesional y permite la aclaración de comunicados.
Identificación de temas: Temas subyacentes o problemas que surgen reiteradamente a lo largo de la relación. Promueve la mejor exploración y comprensión de los problemas importantes
Silencio: No forzar al paciente si no le apetece hablar. Falta de comunicación verbal por motivo terapéutico. Proporcionan tiempo para pensar, la introspección. Trasmite apoyo, comprensión y aceptación del profesional. Ayuda a organizar los pensamientos, a controlar la situación (ej.enfado), facilita la expresión de la persona, ralentiza el ritmo de interacción…
Sugerir: Presentar ideas alternativas para la resolución del problema. Incrementa opiniones y alternativas.
Habilidad para escuchar:
Ayuda a detectar temas y mensajes ocultos, minimizar los malentendidos y clarificar los mensajes. Siempre hay que escuchar con objetividad, sin interrupciones ni distracciones, aclarando lo que no se haya entendido, evaluando los comunicados no verbales, utilizando el contacto visual y el lenguaje corporal adecuado, y analizando las palabras que generan respuestas emocionales en uno mismo.
Habilidad para la interacción:
Las técnicas terapéuticas asociadas a los actos que el profesional realiza mientras se comunica con la persona: estrategias de respuesta o habilidades de interacción. Son respuestas verbales y no verbales que animan a la persona a comunicarse. Emplea palabras con significado para la persona, comunicados directos y pertinentes, mensajes con significado claro y ningún por qué.
Escuchar: Recepción de información y análisis de los mensajes recibidos.
Preguntas amplias.
Reafirmar: Ejem. Repetir la frase principal de la persona. Indica que se está escuchando, valida, refuerza o llama la atención sobre algo
Aclaración: Ayuda a identificar sentimientos, ideas y percepciones, aporta una relación explícita de los mismos y los actos de la persona.
Reflejar: Devolver a la persona sus ideas, sentimientos, preguntas y contenidos.
Humor: Descarga energía mediante el disfrute cómico de lo imperfecto. Promueve la introspección, haciendo consciente material reprimido, resolviendo paradojas y mostrando nuevas opciones.
Informar: Ayuda en la educación sanitaria o en aspectos relevantes de su bienestar y cuidado de sí mismo.
Enfocar: Preguntas y afirmaciones que ayudan a hablar sobre temas centrales y sitúa el proceso de comunicación hacia objetivos.
Compartir percepciones: Pedir que la persona verifique lo que el profesional ha comprendido de lo que piensa o siente. Trasmite la comprensión del profesional y permite la aclaración de comunicados.
Identificación de temas: Temas subyacentes o problemas que surgen reiteradamente a lo largo de la relación. Promueve la mejor exploración y comprensión de los problemas importantes
Silencio: No forzar al paciente si no le apetece hablar. Falta de comunicación verbal por motivo terapéutico. Proporcionan tiempo para pensar, la introspección. Trasmite apoyo, comprensión y aceptación del profesional. Ayuda a organizar los pensamientos, a controlar la situación (ej.enfado), facilita la expresión de la persona, ralentiza el ritmo de interacción…
Sugerir: Presentar ideas alternativas para la resolución del problema. Incrementa opiniones y alternativas.
LA AMISTAD
Ofrezco una interesante guía para todos los públicos: “100% Si, incluso tú, cada uno de nosotros se ve afectado, de una vez u otra, por una enfermedad mental”, llamada "Un amigo marca una gran diferencia", de los EEUU que provee recursos y consejos acerca de cómo ser amigo de una persona que tiene una enfermedad mental. Presenta una explicación muy clarificante sobre: ¿Qué es la Salud Mental?, Recuperación, Apoyo ¿cómo ayudar si un amigo dice que padece una enfermedad mental?, Mitos y realidades, ¿Qué harías tú? 10 problemas y 10 respuestas: una lista de sugerencias sobre qué hacer para apoyar a un amigo con una enfermedad mental y para disipar el estigma.
Y termino, os dejo con el nuevo trabajo de Nacho Vegas- La zona sucia (2011), cantautor de Gijón y cantador de historias como cómplice de su oyente. Uno de los mejores temas “Perplejidad”, supera con su letra y coros infantiles lo meramente musical, uno de los discos de año que va ganando con cada escucha.
Escuchar LP y Descargar
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Genial la entrada Hilari. Me ha encantado el poema sobre la alianza terapéutica.
ResponderEliminarTe suguiero (si no lo conoces) que leas algo del Método Marea (lo tenemos en nuestros links) vale la pena hacer el esfuerzo de traducción. Un modelo que parte de Peplau y con enfoque interdisciplinar que nace en Escocia y que se va expandiendo por todo el mundo.
Saludos.
César M.
GRACIAS CESAR!
ResponderEliminarLeeré el Método Marea, no lo conozco, la verdad que en Escocia hacen intervenciones potentes, siempre apoyadas por el Gobierno, como "See me"(pude acudir a una conferencia) y equipos de profesionales que se encargan de luchar contra el estigma: "Los caza estigmas"...¿cúando ocurrirá aquí?
Un abrazo
Hilari
Hoy más que nunca...19J "EL PODER DEL ABRAZO"
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=txPq9bmhJCQ
UN ABRAZO
Hilari
Hola Hilari, es una buena reforma esta que planteas, ojalá os vaya muy bien. En mi ciudad se va haciendo un pequeño e informal grupo de apoyo mutuo entre personas diagnosticadas, luego cada cual, por separado, acude o no a terapeutas de diferentes escuelas, con o sin tratamiento farmacológico. Y vamos entrando en la fase de hablar de cualquier otra cosa cuando estamos juntos, que tardó su tiempo. Es bonito ver que, en general, se va mejorando.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola Etiquetada!! me alegra tu comentario, decirte que actualmente estoy en contacto con una asociación de usuarios(la 1ª del Baix Llobregat de BCN), donde queremos montar grupos de autaoyuda, como el que explicas...una manera libre y voluntario de autocuidado, PROMETE!!
ResponderEliminaruna abrazo!!
Hilari
Mira, me ha gustado tanto el post que he publicado el poema en mi blog (espero no ofender ningún derecho de autor al difundirlo !!)
ResponderEliminarun abrazo,
!!!como se me pudo pasar leer este post!!!!
ResponderEliminarPedazo de post....
Por cierto buenísimo Nacho Vegas (el tiempo de las cerezas a medias con Bunbury, cajas de música difíciles de parar,... )
Enhorabuena.
GRACIAS PERE (seguiré tu blog) Y MIGUEL(todo un algo que venga de tu parte)!
ResponderEliminarAdjunto un enlace interesante sobre los recortes:
http://saludconcosas.blogspot.com/2011/04/quitar-lo-que-sobra-desinversion-basada.html?spref=tw
Nacho Vegas es más que grande.
Hilari
Saludos