domingo, 10 de noviembre de 2019

Un estudio demuestra las carencias formativas en salud mental de los estudiantes de Enfermería

GEMA ROMERO.- Los profesionales de Ciencias de la Salud son una pieza clave en la lucha contra el estigma de las enfermedades mentales por su posición privilegiada dentro del sistema sanitario. ¿Pero que percepción tienen realmente los estudiantes de Enfermería sobre las personas con problemas de salud mental? ¿están suficientemente formados en este ámbito? Averiguarlo ha sido el objeto del estudio Estigma en personas con enfermedad mental desde el punto de vista de estudiantes de Grado de Enfermería y Fisioterapia publicado en el último número de la revista Metas de Enfermería.


Como explica David Peña, doctor en Enfermería y enfermero en el hospital de Sierrallana (Cantabria), “cuando hablamos de estudiantes de Enfermería y Fisioterapia, hablamos de personas que van a dedicar gran parte de su vida a ayudar los demás. Son muchos los colectivos con los que van a trabajar y, para poder hacerlo de una manera adecuada, deben tener una visión holística de las realidades que les rodean. Analizar cuál es el punto de vista del estudiante y estudiar en qué medida el estigma está presente en ellos, es el primer paso necesario para generar estrategias que permitan trabajarlo de una forma adecuada en los diferentes Grados”.

Para ello realizaron un estudio utilizando como herramienta principal el cuestionario de Atribución 27 “que mide los factores responsabilidad, piedad, ira, peligrosidad, miedo, ayuda, coacción, segregación y evitación”. La población a estudio fueron los estudiantes matriculados en el curso académico 2017/2018 en los grados de Enfermería y Fisioterapia, en cualquier curso entre primero y cuarto, en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud San Rafel-Nebrija de Madrid, sin criterios de exclusión.

Entre los 262 estudiantes que finalmente participaron -177 del Grado de Enfermería- “destacaron los sentimientos de ayuda, piedad, coacción y peligrosidad que tienen en relación con las personas con problemas de salud mental. En contra, la ira y la responsabilidad fueron los factores menos identificados por los estudiantes. La evitación, la segregación y el miedo se identificaron de manera intermedia y dispar entre ellos”, señala Peña. Además, observaron que “los estudiantes que presentan mayor formación o que tienen experiencia en salud mental son los que menores puntuaciones obtienen en segregación. Y “si el estudiante tenía antecedentes de haber padecido una enfermedad mental, también existían diferencias en miedo, en peligrosidad, en ayuda, en segregación y en evitación, manifestando una media más alta en ayuda y una media más baja en segregación, por ejemplo. Todo esto hace pensar que un mayor conocimiento sobre los problemas de salud mental disminuye el estigma que se genera ante ellos”.

De entre sus resultados, “llama la atención la puntuación que mostraron en el factor peligrosidad ya que hizo visible la dificultad que el estudiante tiene a la hora de trabajar con pacientes con problemas de salud mental. El desconocimiento sobre ellos, facilita que elaboren un marco de ideas erróneas que fomenta la existencia de miedo ante la sintomatología que presentan estas personas y las circunstancias que las rodean y, en consecuencia, la aparición de rechazo”, destaca este enfermero. 

Formación incompleta

Tal y como señala Peña, “en nuestra sociedad, los problemas de salud mental son cada vez más prevalentes y esto hace necesario un cambio en la proyección de la atención sanitaria y, en consecuencia, en la formación de los profesionales”. Sin embargo, “la formación actual en Salud Mental en el Grado, por el número escaso de créditos que suele destinarse a ella, queda incompleta”. Para este investigador de los institutos IDIVAL y liSGM, pese a la existencia de la especialidad de Enfermería de Salud Mental, “no debemos olvidar que todos los profesionales sanitarios, independientemente del ámbito en el que trabajen, en algún momento de su carrera profesional, van a encontrarse con personas que padezcan este tipo de problemas y deben tener la cualificación suficiente para poder ayudarles de forma adecuada”.

Por ello, los autores de este estudio sostienen que “debería ampliarse el tiempo que se dedica a esta asignatura, además de reforzar los contenidos teóricos que actualmente se imparten, que permitiesen acercar a las aulas la realidad del paciente con problemas de salud mental”. De este modo, “un mayor crédito horario podría posibilitar la realización de seminarios o talleres más prácticos donde poder abordar sobre todo técnicas de relación de ayuda y de comunicación, herramientas fundamentales para los profesionales de ciencias de la salud que ayudarían a disminuir el estigma”, finalizan.

1 comentario:

  1. A día de hoy, hay un gran estigma hacia las personas que tiene trastornos mentales. Los profesionales de salud, son una pieza clave para romper este estigma, ya que trabajan con todo este colectivo, pero estos reciben poca formación al respecto, y un mayor conocimiento sobre estos problemas, haría que disminuyera este estigma en el ámbito sanitario.

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