Obra-homenaje de Carlos Martorell |
En estos tiempos de pobreza y supervivencia donde el valor humano y el derecho a una vida digna se cuestiona o claramente es pisoteada sin escrúpulos, y se dice! de manera unilateral que "es justificado", y se hace! apología de la famosa austeridad y de un mundo que prima la gestión-dinero por encima de la persona-caridad, os facilito un documental impresionante que no dejará impasible a nadie, sobre todo a los que aún mantenemos el corazón y la pasión por el cuidado de los otros.
“...los enfermos mentales representan una vergüenza para las familias, una vergüenza para la sociedad, una vergüenza para los poderes públicos, y también debería serlo para toda la humanidad. Cuando encuentro a un hombre bloqueado en un tronco, es la imagen de mi propia persona y es la imagen de la humanidad. Cuando veo a una mujer desnuda en la calle, una mujer prisionera en un tronco, es la imagen de mi propia madre y representa a todas las mujeres del mundo”.
Grégoire Ahongbonon |
“Si un pobre hombre como yo que no sabe de nada, es un inútil, un inútil en todo, ha vuelto su mirada hacia estos enfermos que están olvidados por todos los intelectuales y por todos los sabios del mundo, si Dios ha querido que un miserable como yo, emprenda una actividad semejante, es para que todos podamos abrir los ojos, es para que la humanidad abrir los ojos, hay hombres y mujeres que están olvidados, y Dios os interpela a todos, y es por ello que yo interpelo a la Organización Mundial de la Salud, es importante, tiene un papel importante que jugar en le campo de la Salud Mental” (Grégoire Ahongbonon).
Documental: Los olvidados de los olvidados.
Emitido el 05/10/2013 (TV2). Dirección y guion:
Carles Caparrós. Música: Antonio Vivaldi. Montaje: Jorge Mota.
Twin Shadow, ha decidido homenajear a Lou Reed como mejor sabe:
cantando. George Lewis Jr. ha escogido "Perfect Day" para hacer una
versión cargada de sensibilidad.
La verdad es que el documental y tu presentación invitan a la reflexión.
ResponderEliminarSobretodo en una época donde como es "lógico" reinan los intereses económicos-políticos, época de búsqueda de sumisión por parte de las instituciones, donde se busca secuestrar la comunicación con los profesionales através del miedo, donde la despersonalización de los cuidados se entrelaza con el distanciamiento de los dirigentes y profesionales...
Aún así me apetece compartir que la sensación de que "a partir de ahora todo va a ser mejor" que me ha acompañado desde que empecé a dedicarme a esta profesión..., hace un tiempo ha cambiado por otra idea "ésto no puede venirse abajo". Cada vez tengo más claro que si queremos luchar por mantener la dignidad de lo que hacemos tendremos que dar un paso adelante.
Porque aunque desde ciertos sitios privilegiados no se vea, yo puedo decir que en algunos momentos he visto árboles convertidos en camas y cadenas en sujeciones en unidades masificadas, con personal no-cualificado e insuficiente.
Muchas veces creo que el cuidado debe ser un asunto privado. No todo el mundo tiene vocación de cuidado. Puede la gente sea amable, pero no es tan común la compasión por los extraños. Si no das, y como quieres que den, no te dan. A parte, las instituciones suelen ser estamentos dados a la despersonalización, donde el cuidar se convierte en un acto rutinario, que es lo peor que puede pasarle al sentimiento de compasión. Veo que muchos enfermos de trastornos mentales, que hablan del buen trato, se sienten/os tan vulnerables que quieren ser cuidados. Cuidar, ser cuidado, que nos remite a ese amor verdadero, único que existe, del padre y la madre. Y que se extiende, cuando se tiene, al desvalido. Porque la gente normalizada, aunque lo nieguen, y simulen, por ejemplo, ser ellas mismas unas víctimas, buscan, más que amor (que ya digo, siempre brota de ese sentimiento único que es de la compasión al prójimo, y que en los humanos aparece por que nos vincula con el hijo desprotegido), ser reconocidos. Pero ser reconocidos no es algo gratuito, se da cuando se da, no puede impostarse. Lo mejor, aunque no es fácil, que puede pasarle a un doliente, y a cualquiera, es cierto, es superar su vulnerabilidad mediante el reconocimiento en el sito más incondicional que hay, en sí mismo: tratar de ensayar, al menos, tu propia independencia del mundo. Y esto, cuando el cuidado no es privado, de aquellos que se sienten concernidos por la situación, allegados y profesionales dotados por su vocación (porque qué más desea un padre que la independencia de su hijo) se convierte en una corrosiva deshumanización instrumental, un asunto de perpetua dependencia, dentro de un sistema vacío (y público!) de infinito desafecto, monotonía y horarios.
ResponderEliminarQueda aquí mi duda, porque yo me he sentido vejado por el sistema, del vigilante creado ex profeso para cuidar. Para cuidar, es necesario dinero y motivación privada, al menos eso me parece a mí. Pero admito es algo complejo, y un problema que está en el corazón mismo del factor humano, de como manejar al otro, como vocación o como un oficio instrumental más. Documental impresionante, sin duda.
Un saludo, Hilari.